Bienvenid@s a mi Blog!!

Hola a tod@s!!:

Bienvenid@s a mi Blog. En él voy a hablar de niños, de psicología y salud, así como de impresiones personales y opiniones que deseo compartir.


También quiero hacer listas de recursos a los que todos podais acudir en busca de información. Pondré vídeos, enlaces, documentos...


¿Por qué voy a hablar sobre la infancia? La respuesta es sencilla. Creo que tenemos mucho que aprender de los niños y creo que hay demasiada información en los libros, universidades, Internet, etc... que no tiene en cuenta al niño y a sus necesidades y que no respeta su desarrollo natural. La mayoría de la información que hay se enfoca desde la perspectiva del adulto. Creo que hay que dejar al niño ser niño, aceptar y vivir el proceso del crecimiento con paciencia y apoyo incondicional. No podemos pretender que un niño se comporte como un adulto.

Por eso, pienso que los adultos somos los que muchas veces creamos problemas en los niños que en realidad no tienen.

Espero que tod@s opineis y que aprendamos juntos.

Saludos!!!

Patricia Gallardo.
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Psicóloga especialista en atención temprana.
Psicomotricista.
Educadora de masaje infantil por AEMI.
Enfermera.


viernes, 4 de septiembre de 2009

Bésame mucho: cómo criar a tus hijos con amor



Autor: Carlos González
Ediciones Temas de Hoy
226 páginas
Publicado en junio de 2006
ISBN: 978-84-8460-585-0

En contra de otras teorías que propugnan una educación rígida o conductista, este libro defiende una educación de los hijos basada en el amor, el respeto y la libertad. Las abundantes referencias antropológicas explican el por qué de muchos comportamientos infantiles, tales como el llanto o el sueño. Entenderlos supone conocer mejor las causas que hacen que nuestros hijos actúen de una forma determinada y que, en ocasiones, resulta irracional para un adulto.

El libro tira por tierra muchos de los actuales consejos dados por profesionales, al considerar que van en contra de la propia naturaleza y de los sentimientos maternos más profundos. Así, por ejemplo, aboga por tomar al niño en brazos cuando llora y considerar que el hecho de que un niño se despierte varias veces por la noche es absolutamente normal.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Aquello que decimos, por Laura Gutman

Los niños creen en los padres. Cuando les decimos una y otra vez que son encantadores, que son los príncipes o princesas de la casa, que son guapos, listos, inteligentes y divertidos, se convierten en eso que nosotros decimos que son. Por el contrario, cuando les decimos que son tontos, mentirosos, malos, egoístas o distraídos, obviamente, responden a los mandatos y actúan como tales. Aquello que los padres -o quienes nos ocupamos de criar- decimos, se constituye en lo más sólido de la identidad del niño.


Los niños no tienen más virtudes unos que otros. Ahora bien, el niño no suficientemente mirado, mimado, apalabrado y tomado en cuenta por sus padres, dará mayor crédito a sus discapacidades. Y sufrirá. En cambio el niño mirado y admirado por sus padres, amado a través de los actos cariñosos cotidianos, contará con una seguridad en sí mismo que le permitirá erigirse sobre sus mejores virtudes y al mismo tiempo reírse de sus dificultades.

Si nos damos cuenta que nuestros hijos sufren, si tienen la auto estima baja, si tienen vergüenza, si se creen malos deportistas, malos alumnos, o que no están a la altura de las circunstancias, si les cuesta hablar, relacionarse, jugar con otros, si suponen que son lentos, o si son víctimas de las burlas de sus compañeros; nos corresponde accionar a favor de ellos, ya mismo. Lo peor que podríamos hacer es exigirles que asuman solos sus problemas.

Podemos nombrar aquellas virtudes, recursos o habilidades que el niño sí dispone como individuo. Por ejemplo, que es un niño que siempre dice la verdad. Que nunca traicionaría a un amigo. Que es incapaz de lastimar a otro. Que observa y comprende a los que sufren. Que es generoso y tolerante. Decirles a los niños que son hermosos, amados, bienvenidos, adorados, nobles, bellos, que son la luz de nuestros ojos y la alegría de nuestro corazón; genera hijos seguros, felices y bien dispuestos. Es posible que las palabras bonitas no aparezcan en nuestro vocabulario, porque jamás las hemos escuchado en nuestra infancia. En ese caso, nos toca aprenderlas. Si hacemos ese trabajo ahora, nuestros hijos -al devenir padres- no tendrán que asumir esta lección. Porque surgirán de sus entrañas con total naturalidad, las palabras más bellas y las frases más gratificantes hacia sus hijos. Y esas cadenas de palabras amorosas se perpetuarán por generaciones y generaciones, sin que nuestros nietos y bisnietos reparen en ellas, porque harán parte de su genuina manera de ser. Pensemos que es una inversión a futuro con riesgo cero. De ahora en más… ¡sólo palabras de amor para nuestros hijos! Gritemos al viento que los amamos hasta el cielo. Y más alto aún. Y más y más.

Extracto de un artículo del libro “Mujeres visibles, madres invisibles” de Laura Gutman

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Amamantar y trabajar

Aquí os dejo un enlace de un documento que explica las claves para compaginar la lactancia materna y el trabajo. Ya sé que parece difícil y la mayoría de la gente piensa que es imposible, pero si se quiere, nada lo es.

Al menos al leerlo, puede que cambie tu perspectiva.

http://issuu.com/criando/docs/gu_a_amamantar_y_trabajar

jueves, 5 de febrero de 2009


Los gestos del bebé: comunicarte con tu bebé antes de que sepa hablar



Hablar no es la única manera de comunicarse. Antes de la etapa del lenguaje, entre los 9 y los 30 meses, los niños se expresan a través de los gestos.

Aprenden a indicar objetos, a decir que “no” y que “si” con la cabeza, a decir adiós con la mano y a hablar a través de gestos para comunicarse con sus padres y con las demás personas, hasta que sean capaces de hacerlo a través del lenguaje.

Estos gestos no verbales, que las autoras Linda Acredolo, Susan Goodwyn denominan señales del bebé, les permiten comunicarse con relativa eficacia antes de ser capaces de articular palabras.

Además, entre otros beneficios, el lenguaje de los gestos acelera el proceso de aprendizaje del habla, estimula el desarrollo intelectual, aumenta la autoestima y fortalece los vínculos entre padres e hijos.

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